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Exaltación Abanderados Portaestandartes

El día 21 de Octubre en la Unidad Educativa San José de la Salle se llevó a cabo el Homenaje a los Abanderados y Portaestandarte de los Centros Educativos Federados. Compartimos con ustedes las palabras de exaltación del Msc. Wolman Molina de la Unidad Educativa San Luis Rey de Francia.

 

Estimadas autoridades de la mesa Directiva, Rectores, Vicerrectores, Estudiantes homenajeados, padres de familia. Es un honor exaltar en esta tarde, en nombre de la Federación de Establecimientos de Educación Católica del Guayas, exaltar el logro académico al recibir la distinción de abanderados y portaestandarte de los distintos pabellones de los colegios Federados.

 

Una de las celebraciones más importantes para nuestras Instituciones es precisamente esta ceremonia en la que reconocemos a aquellos estudiantes que han destacado académicamente. Si bien el criterio objetivo dice que hoy premiamos a los mejores promedios de los últimos años de bachillerato, sabemos que quienes hoy son homenajeados no sólo son quienes destacan por su conocimiento, aprendizaje y destrezas, sino también quienes han demostrado una actitud de compromiso con su propio proceso formativo destacándose por su integridad, responsabilidad y compromiso social. Ello es para nosotros, Instituciones Educativas Católicas, nuestro mayor orgullo y nuestro mayor desafío, un don dado por Dios, pero también una tarea asignada por el Señor.

 

Esta celebración, además de ser un público reconocimiento a este selecto grupo de estudiantes y, en ellos, a las familias que les han brindado las oportunidades de desarrollo, debe ser una invitación a ir todavía más allá, a asumir que la tarea de ser mejor es siempre una meta inconclusa y un camino a ser andado. No sólo yo como docente o los rectores y directores somos quienes hoy los homenajeamos. Es toda la sociedad, es la misma Iglesia que se alegra y goza con sus logros, pero, al mismo tiempo, les invita a ejercer un liderazgo que verdaderamente les transforme a ustedes y logre transformar nuestra sociedad. Esto se logra con una educación constante, centrada en la investigación y la innovación, que sea un aporte de calidad al mundo no solo científico sino a todas las esferas sociales. Están llamados a ser la luz que se pone sobre la mesa para que ilumine todos los ambientes.

 

Sin embargo, estimados estudiantes, el panorama no es fácil. Parece que las cosas cada vez se ponen más difíciles. Los conflictos sociales, económicos, culturales, en todo caso los conflictos humanos se acrecientan. Estamos en un mundo que nos está exigiendo continuamente algo distinto. Algo no estamos haciendo bien, algo nos está faltando. Debemos agregar algo a nuestras políticas educativas, debemos agregar algo a nuestro currículo, algo tenemos que añadir a nuestras planificaciones, tenemos revisar qué es lo que hay y que es lo que falta en nuestras mochilas para que esa realidad definitivamente cambie.

 

No es oculto para nadie lo que está sucediendo en el país. Los preferidos del Señor, es decir los pobres siguen siendo las víctimas de las que nadie parece condolerse. Y no solo aparece en los noticieros o páginas de periódico, las mismas cifras del INEC lo ratifican, son realidades humanas que deben ser nuestro centro de atención como instituciones católicas y hoy mis estimados estudiantes abanderados y porta estandartes junto a la exaltación a su esfuerzo y logro académico me he permitido traer estos datos, que más que desanimarnos debe estimularnos a incrementar los esfuerzos y ahora hacerlo con la vista puesta en nuestro Ecuador que les necesita, que añora unos próximos universitarios que se quieran formar con sentido humano, con pasión en el corazón por salir de las aulas a transformar la realidad a fuerza de bien. Quizá hoy más que nunca, se necesita respuesta a una sociedad que camina desorientada.

 

El Papa Francisco reunido con los miembros de la Fundación Gravissimum Educationis decía con insistencia: “la educación católica debe formar el alma del mundo”.

 

Queridos estudiantes, junto a mi exaltación y reconocimiento por el gran esfuerzo que les ha traído hasta aquí, les traigo esa misma solicitud del Papa: cuiden y formen su alma. Si así lo hacemos tendremos la fuerte intención de ir cambiando la realidad a fuerza de bien. Se viene a mi mente una frase que continuamente comparto con mi mejor amigo: “Más alma, menos Ego”

 

Más alma para poder amar, y menos Ego que nos encierra solo en nuestros placeres; Màs alma para que nos duela el dolor de los demás y menos ego que nos aleje de la realidad; Más alma que nos estimule a darlo todo por los demás y menos ego que nos lleve solo a mirarnos metidos en la cápsula del egoísmo; Más alma que nos permita tener lo mismos sentimientos de Cristo y menos Ego con el que hagamos sufrir.

 

Ustedes deben ser pues, “la sal de la tierra y la luz del mundo”. La sociedad al verlos debe notar en ustedes un talante distinto. Deben ver en ustedes un trato misericordioso, una búsqueda del bien común, unos futuros profesionales que estèn dispuestos a transformar la realidad con el esfuerzo de cada día. Honestos, Sinceros, Leales, Amigos y también hombres y mujeres Espirituales.

 

Ustedes elevaron el pasado 26 de septiembre el pabellón nacional, el estandarte de la ciudad de Guayaquil y el estandarte de sus Instituciones Educativas, pero hoy les invitamos a que eleven también su alma a Dios para que sigan haciéndonos sentir orgullosos aquí en nuestra Patria Ecuatoriana y también fuera de ella dando siempre lo mejor. Como flamearon aquellas banderas, que su alma pueda flamear en el mundo y distinguirlos como discípulos y misioneros de Jesùs de Nazaret, “Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma” (Carta a los hebreos 6, 19)

 

Quiero concluir con un pequeño ejercicio de conversión, en el marco de los conflictos actuales en Ecuador y en ocasión de la fiesta del Santo de la fraternidad y de los pobres, Francisco de Asís.

 

En el siglo XVII retumbó una terrible frase que popularizó el filósofo Thomas Hobbes en su obra “DE CIVE”, esta frase es: “Homo homini lupus est”, es decir: “El hombre es lobo para el hombre” haciendo referencia de los horrores de los que es capaz la humanidad.

 

Hoy queridos estudiantes tenemos el desafío de cambiar la crueldad de esta frase con una màs llena de alma. El Hombre es hermano del hombre. Ya no lobo que devore y atormente, sino hermano que ame y abrace al otro. Esa es nuestra mayor distinción, ser hermanos de todos.

 

 

Muchas gracias y Dios les bendiga!

 

 

 

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